María Félix González. Soy hija de comadrona, como Sócrates; a diferencia de él y quizás a falta de discípulos como los de antes, me gusta escribir, por eso practico el periodismo. Tengo menos edad que el Maestro Cervantes cuando consiguió editar por primera vez El Quijote; si hubiera desarrollado la capacidad de ver el futuro, hubiera creído que escribir sobre orates era contagioso.
He sucumbido al placer de ser bibliotecaria, de joven estudiante trabajaba con la lectura y años después con la escritura en diversos periódicos. Me ha dado tiempo a explorar los gabinetes de prensa, el mundo de la política y la empresa, en Madrid, La Rioja y Bilbao. Una periodista interesada en el mundo global de la comunicación, el marketing y la publicidad, donde siempre me llamaron María González.
Antes creía que si no pensaba con la profundidad de los filósofos ni escribía con la pericia y el talento de los genios, ¿para qué escribir?
El paso del tiempo me ha vuelto magnánima; ya que nunca alcanzaré a mis filósofos ni a mis genios favoritos, me tengo que conformar con lo que hay, el deseo de contar historias de orates sanas, que cabalgan en el siglo XXI.
A cambio, no pretendo la posteridad, sólo quiero llegar a mañana. También es posible que no haga falta esforzarse en la escritura, Sócrates, Buda y Jesús fueron ágrafos, menos mal que les gustaba hablar, eran buenos conversadores. ¡Qué pena!, no haber llegado a tiempo el maravilloso invento de la radio. La curiosidad me lleva a preguntar y a probar… Y éste es mi primer libro de relatos. Espero entreteneros, leerlo, que mal no os va a hacer, como decía mi abuela...
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